viernes, 30 de noviembre de 2012

Mi pecado es la lujuria

Mi pecado es la lujuria
que provocas en mi cuerpo.
Sólo tu haces posible
ver mi esencia de mis adentros.
Es el infierno tu piel.
La perdición son tus ojos,
que me cortan las alas
y en el vacío me caigo.
Sólo quiero caer para que
tu me castigues con dolor
dolor que sólo es placer
placer que sólo es amor
dolor que, es celestial,
placer tuyo de tu infierno,
pues buenos no son los ángeles,
ni maldad tienen los diablos.

Aquel amor

Acudes en aquellos silencios
y que sólo yo puedo oír,
controlándome con dulces besos,
¡esos que sólo puedo sentir!

Tu cercanía parece un sueño
como el color de tu gentil iris.
Mi corazón parece vacío
sólo si yo te veo al verte ir.

Y de tus ojos veo a través:
me veo a mí, cariño, besando
el hombre del que vive mi ser.

De tu piel yo siento solamente
aquel amor que sentimos nuestro,
me aleja la realidad presente.

Ese dulce beso

Recuerdo ese dulce beso,
como prueba de verdad:
confirma el sentimiento
que sientes en realidad.

Y tus labios se fundieron
sintiendo aquel calor
en tus labios se quedaron
alma, vida y corazón.

Antes de ese dulce beso
pude sentir tensión:
taquicardia por tu mano
que me daba la razón.

Y después de ese dulce beso
yo quería repetir
aunque el sabor de tus labios,
¡haría que piense en ti!

Recuerdo ese dulce beso,
que prueba de mi sentir
y digo sólo lo siento:
¡quizás me enamoré de ti!

Sólo al infierno me fui

Suspiro en esos momentos
que tú no puedes sentir
y ya que no estoy contigo
sólo al infierno me fui.
Allí me abrasarán,
¡sólo por pensar en ti!
Pero voy a resurgir
el diablo surgirá en mi,
y por uno de tus besos
muerte llegará al fin.

Otra mentira

Tú, el rey de mis silencios,
el príncipe de mis sueños,
rozando la confusión,
¡dueño de mi corazón!

Y no pretendas negarte
que solo yo puedo amarte.
Ya sé, mi corazón late,
pero sólo contigo arde.

Daré todo por un beso,
el que dirá la verdad,
¡que pretendes ocultar!

Y lo mismo pasará,
alguno lo negará.
¡Y otra mentira irá!