Mi pecado es la lujuria
que provocas en mi cuerpo.
Sólo tu haces posible
ver mi esencia de mis adentros.
Es el infierno tu piel.
La perdición son tus ojos,
que me cortan las alas
y en el vacío me caigo.
Sólo quiero caer para que
tu me castigues con dolor
dolor que sólo es placer
placer que sólo es amor
dolor que, es celestial,
placer tuyo de tu infierno,
pues buenos no son los ángeles,
ni maldad tienen los diablos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario